Todos conocemos a personas que nos llaman la atención por su forma de expresarse. Tienen algo en su forma de comunicar que nos llama la atención, en ocasiones para bien y en otras para mal. Puede que, incluso, yo detecte en mí mismo algunos aspectos que no me agradan del todo o que me gustaría cambiar en cuanto a mi forma de comunicarme con los demás.
Hay que saber que nuestro estilo comunicativo se va desarrollando a lo largo del tiempo consecuencia de la reacción ante determinadas experiencias. También, influyen algunos rasgos de nuestra personalidad como podría ser la timidez. No se trata de algo definitivo puesto que yo puedo entrenar y mejorar aquellos elementos que me gustaría cambiar.
Vamos a echar un ojo a cuáles son los principales estilos comunicativos:
1. Estilo pasivo
Por lo general, puede aparecer alguna dificultad en la expresión de opiniones y emociones. Son personas que se disculpan con cierta frecuencia puesto que temen que otros se puedan molestar. En ocasiones, su lenguaje no verbal nos muestra algo de inseguridad respecto a otros. Existen dificultades para decir que no a peticiones. Hay evitación del conflicto y les cuesta hacer valer sus derechos. En ocasiones, actúan en función de las expectativas que los demás tienen sobre ellos.
Este estilo puede conllevar una serie de consecuencias con el tiempo: no expresar sus intereses o deseos, no expresar sus emociones, pensamientos catastrofistas, algunas relaciones sociales son insatisfactorias, se sienten inseguros/as...
2. Estilo agresivo
Suelen ser personas que muestran seguridad y se expresan de manera muy directa. Se comunican de manera hostil y son exigentes con otras personas. Intentan imponer su punto de vista a los demás y, si no lo consiguen, reaccionan de manera agresiva. No respetan derechos y opiniones de otros. Con cierta frecuencia experimentan frustración, ira, enfado... Aparece el desprecio hacia a los demás.
Consecuencias que trae este estilo: ver el conflicto como un ataque, inestabilidad emocional, deterioro en las relaciones sociales, pueden generar temor en otros... En casos más intensos pueden aparecer conflictos laborales e, incluso, problemas legales.
3. Estilo asertivo
Este estilo no pretende humillar, dominar o degradar a nadie. Simplemente pretende expresar lo que YO pienso o siento. Se respeta a sí mismo al igual que a la otra persona. Se rodea de un círculo de personas que elige y no por miedo. Expresa su punto de vista y deseos. Buena gestión emocional. Tiene claro lo que quiere y respeta lo que quieren los demás.
El estilo asertivo lleva consigo una serie de beneficios: facilita la comunicación, aumenta la posibilidad de conseguir lo que deseamos, evita que se malinterprete lo que digo, buen nivel de autoestima, reduce los conflictos con otras personas, comunicación clara, se respeta a sí mismo/a...
¿Te has identificado con alguno de ellos? Por supuesto, esto son supuestos muy generales y quizá algunas personas se ven reflejadas en pinceladas de alguno. Siempre se pueden cambiar los patrones que llevo a cabo y mejorar para mi propio beneficio y el de los demás. Si te interesa conocer más sobre esto o cambiar algunos aspectos de tu forma de expresarte, siempre puedes contactar con un profesional de la psicología.
Psicólogo Álvaro López de la Rosa
Necesitamos su consentimiento para cargar las traducciones
Utilizamos un servicio de terceros para traducir el contenido del sitio web que puede recopilar datos sobre su actividad. Por favor revise los detalles en la política de privacidad y acepte el servicio para ver las traducciones.