FUNCIÓN DE LAS EMOCIONES

Es curiosa la forma que tenemos hoy en día de categorizar las emociones. Tenemos muy claro que hay emociones buenas y otras malas. ¿Cómo no va a ser así si me provocan sensaciones en un sentido u otro? Bueno, tiene sentido pensar esto como premisa, no te lo voy a debatir mucho rato. Pero, ¿realmente es así? 

Lo cierto es que las emociones no reciben categorías como buenas o malas. Las emociones tienen la intención de ayudarnos a algo desde los inicios del ser humano. Bien es cierto que algunas de sus sensaciones asociadas son desagradables, pero eso no quiere decir que sean malas emociones. Simplemente actúan como una especie de motores para algo. 

Es por ello que es tan importante identificar las emociones que tenemos y su posterior gestión. El hecho de poder clarificar la emoción actúa como una señal de alarma ante un evento o pensamiento en un contexto determinado. Y, por supuesto, esa señal de alarma no tiene por qué ser hacia algo negativo sino a una forma de actuación o razonamiento determinada. 

¿Sabéis que existen emociones principales y otras secundarias? Las emociones principales son seis: felicidad, tristeza, asco, ira, miedo y sorpresa. De estas principales suelen derivarse otras emociones secundarias. Seguro que se te vienen a la mente algunas de ellas ahora mismo. 

Vamos a repasar algunas emociones y sus funciones: 

  • Tristeza: esta emoción potencia tu estado más reflexivo. Te permite valorar una situación determinada atendiendo a más factores. Ocurre, por ejemplo, ante una pérdida. 
  • Enfado: suele aparecer cuando queremos cambiar las circunstancias concretas de algo. Localizamos algún obstáculo para lograr a nuestro objetivo y reaccionamos ante ello. 
  • Miedo: cuando percibimos una amenaza. Tanto si es de manera racional como irracional. En muchas ocasiones, nos hace estar preparados para aquello que consideramos un peligro. 
  • Alegría: tiene múltiples manifestaciones y funciones. Una de las más frecuentes es la de experimentar esas sensaciones agradables tras algo logrado. Actúa, también, como elemento motivador. 
  • Ansiedad: nor sirve para prepararnos ante una amenaza futura para la que no sabemos muy bien cómo actuar. 

Aquí se han mencionado algunas de las emociones pero hay muchas más, por supuesto. El autoconocimiento en términos emocionales presenta grandes ventajas a la hora de afrontar situaciones. 

Cuando la persona considera que puede tener algún problema en el manejo emocional es importante saber que la ayuda de un profesional de la psicología puede resultar clave para mejorar la situación. 

Psicólogo Álvaro López de la Rosa

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